Una instalación fotovoltaica está compuesta por un grupo
generador, formado por una extensión de paneles solares fotovoltaicos, un
regulador de carga, un grupo acumulador y un inversor.
Durante las horas de insolación, los paneles
fotovoltaicos producen energía eléctrica en forma de corriente continua que es
almacenada en los acumuladores. En los momentos de consumo energético, los
acumuladores suministran ésta electricidad, teniendo que ser transformada en
corriente alterna por el inversor, a los receptores.
Panel solar fotovoltaico:
Es el encargado de transformar la energía que nos llega
del sol en energía eléctrica. Para ello se basa en el efecto fotoeléctrico, y
necesita que los rayos del sol incidan perpendicularmente en su superficie.
Regulador de carga:
Su función principal es la de proteger a los acumuladores
de una sobrecarga cuando éstos están totalmente cargados. También los protegen
de una sobredescarga, ya que cuando están muy descargados, ceder un poco de
carga significa un daño irreparable.
Acumulador:
Almacena energía eléctrica que, como las baterías de un
coche, puede devolver cuando el usuario lo requiera.
Inversor:
Su finalidad es la de transformar la corriente continua
proveniente de los acumuladores en corriente alterna para el uso doméstico.
¿Qué es el efecto fotoeléctrico?
El efecto fotoeléctrico es el que permite la conversión
directa de los rayos del sol (luz) en electricidad. Cuando los rayos del sol
inciden en una superficie receptora, normalmente de silicio, en ella se genera
una diferencia de potencial (voltaje) que puede ser aprovechado conectando unos
electrodos adecuadamente.
Tipos de paneles solares fotovoltaicos
• Monocristalino
• Policristalino
• Amorfo
Fuente: soliclima.com
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